Más de 50 mujeres baserritarras han participado en la visita organizada por EHNE Bizkaia al proyecto agroecológico Tierra papel y tijera (Salcedo, Araba) y a la bodega Cándido Besa, en Villabuena de Álava. Durante la jornada, asimismo, se intercambiaron experiencias en torno a la jornada del 25 de Noviembre, Día Internacional por la eliminación de la violencia contra las mujeres.
La salida da continuidad a la estrategia del sindicato de movilizar a las mujeres baserritarras de distintas edades y comarcas para compartir experiencias y aprendizajes comunes.
Tierra, papel y tijera
En este proyecto agroecológico , Ramón, Mónica y Andrea, explicaron su experiencia y sus comienzos, en los que hubo una clara apuesta por salir del ritmo de la ciudad para vivir una vida más rural y más consciente, separándose de la praxis, aprendida en la universidad, que dirige hacia el incremento de la producción a toda costa, sin pensar en los costes medioambientales, económicos y humanos.
Es por esto que decidieron crear un proyecto nuevo, basado en la agroecología, respetuoso con la naturaleza y con el medio rural, controlando los insumos que vierten a la tierra, pero también las salidas: a quién venden, cuánto cobrar y por qué.
Comenzaron con una huerta de autoconsumo y de ahí fueron diversificando hasta llegar a elaborar más de 50 productos distintos. “Tenemos un poco de todo” en un modelo diferente, con otra filosofía, que pretende “cambiar los modos” para ir más allá del “manejo del negocio” y convertirlo en una forma de vida, siempre en contacto con la parte consumidora mediante venta directa.
“Es muy importante conocer a quién vendemos”, nos explican: gente del pueblo, de la zona y últimamente a panaderías locales, con los que hacen cursos de formación para elaborar pan.
Pero esta forma de producir es muy exigente, y hay que combinarla con la vida y los cuidados: debe ser un modelo viable y vivible. Por eso, están utilizando el modelo de venta de cestas, que les permite concentrar todo el trabajo de comercialización en una mañana y poder dedicar así más tiempo al cuidado de la huerta.
Como la huerta necesita mucha agua y tiempo, han ido diversificando su producción hacia cultivos extensivos de leguminosas, trigos y cebada, con la que elaboran piensos para los ganaderos de la zona; y también manzanas de variedades locales adaptadas al clima, con la que elaboran zumos.
También han comenzado a trabajar un con molino de piedra, que funciona con electricidad. Un molino pequeño de 70cm, pero que desgrana muy bien el trigo, separando el salvado de la harina integral con un tamizador.
Bodega Besa
Ya en la Rioja alavesa, las participantes acudieron a la bodega de Candido Besa, donde su nieta, Esti, explicó cómo la bodega ha cambiado el sistema de trabajar las tierras, mediante agricultura regenerativa, eliminando abonos químicos y fitosanitarios que agotan la tierra. El cambio climático está afectando especialmente a la producción de uva y a los pequeños productores, que no encuentran apoyo institucional, convirtiendo en insostenibles estos pequeños proyectos que reclaman políticas públicas para el mantenimiento de sus bodegas.
La jornada concluyó con una comida en la propia bodega, acondicionada para acomodar al numeroso grupo de mujeres que, en esta ocasión, han vuelto a juntarse para fortalecer las relaciones entre ellas: distintas generaciones y regiones compartiendo mesa. Y risas.